domingo, octubre 8

Entrevista Internacional - Yolanda Heredia desde Sevilla

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Por Andrés Hermosilla, Director del MAF

Yolanda Heredia, Premio Nacional de Córdoba (España), con gran trayectoria internacional, se ha especializado en el uso de la bata de cola en el baile. Ha estudiado con grandes maestros, como Manolo Marín, Enrique "El Cojo", Farruco, Mario Maya, Milagros Menjibar y Alejandro Granados. La artista, desde Sevilla, concedió en forma exclusiva una entrevista al MAF.

¿ Como hija del cantaor Jesús Heredia, fue bastante lógico su inicio profesional en el Flamenco ?

Mi ambiente natural desde pequeña fue escuchar y vivir el Flamenco, y asistir a todo tipo de eventos: tablaos, ferias, recitales, festivales y fiestas privadas, y más tarde a espectáculos de teatro, etc. Así como cada uno de mis hermanos se dedican al Flamenco. Guitarrista y Percusionista.
Nunca tuve duda alguna de lo que quería ser de mayor. Bailaora de Flamenco.
A los nueve años empecé a tomar clases con Enrique "El Cojo" y bueno, un año después ya empecé a bailar en los tablaos de Sevilla.


¿Cómo nace su especialización en la bata de cola?

La bata de cola marcó para mi la búsqueda de mi personalidad en el baile. Mis etapas anteriores estaban muy marcadas por escuelas principalmente masculinas.
Tenía 20 años cuando decidí presentarme al cocurso nacional de baile en Córdoba, en aquella época ganar ese concurso podia marcar tu carrera como bailaora solista. Llevaba un par de años tomando clases con el maestro Farruco.
Comenzar con la bata fue un reto muy duro, pués al ser una herramienta tan femenina, me reflejó todo lo que aparentemente me faltaba. Milagros Menjibar me preparó para el concurso de Córdoba y me montó un baile con bata de cola. Tan en serio me lo tomé que ahora casi me siento desnuda sin ella. Recuerdo que tuve la oportunidad de filmar por un año en Japón.

Sentía que había empezado demasiado tarde y bueno, el escenario nunca es como un estudio de baile, así que estuve todo un año entero, bailando todos los días con la bata, buscando, frustrándome muchísimo e incluso tuve una caída en el escenario que me tuvo más de un año sin bailar. Lo convertí en mi batalla personal hasta que en estos momentos es mi herramienta de expresión que más libre me hace sentir en el escenario y fuera de él.

¿Qué opina del Mantón de Manila en el baile? ¿Lo usa habitualmente?

El mantón me parece igual de complicado. Lo que al menos para mi, cada bailaora tiene un talento especial para usar alguna herramienta que no sea sólo su cuerpo, para darle la vida adecuada, que diga que es parte de su cuerpo y expresión. El mantón me parece que es mucho más aire que la bata, pero igual hay que tener una vitalidad y energía aparte para darle vida. ¡Suele pesar una enormidad!
Ahora no suelo usarlo, pero tuve una etapa que me encantaba bailar con él, después me quedé con la bata por eso de; quien mucho abarca, poco aprieta. Pero sin duda que es importante saber usarlo y sobretodo para qué se está usando.

¿Por qué ha visitado 5 veces Argentina y esta sería la primera vez que visitaría Chile?

Bueno, creo que eso simplemente ha sido así, de la misma forma que nunca me planteé el ir a Buenos Aires para dar clases y ahora, bueno, es como ir a casa.
En la época que daba clases en Madrid en Amor de Dios, conocí a una bailaora argentina que tomaba mis clases, Fabiana Pousso. Le costó más de un año convencerme para que fuera a Buenos Aires a dar un curso. No sé, cada uno se habitua a su propio sistema de trabajo en su ambiente. Normalmente, te contratan, te llevan, cumples con las horas y el trabajo establecido y te vas a casa casi sin tener contacto personal con el lugar, con las alumnas. La primera vez, sentía que iba a una aventura total… !Y me encantó! Además, me enamoré del tango, comencé a tomar clases como una loca y ya nunca pude dejarlo, cada vez que voy a Buenos Aires aprobecho todo el tiempo después de las clases para milonguear y tomar clases, y ver epectáculos, eso también me ha puesto en una postura más cercana con las alumnas, puedo entender sus ganas, sus frustraciones, el enamorarse de un baile que, aparentemente está tan lejos de la cultura de uno.

Todas las típicas contradicciones que te envuelven cuando te sientes estudiante.
Y bueno, la última vez que estuve ahí, Lorena Ayala se puso en contacto conmigo y me habló de Chile. En ese momento, no pudo ser por el poco tiempo que había para poder armarlo, y bueno, ¡ Afortunadamente, ahora sería el momento de ir!

¿Qué les dirías a las bailaoras chilenas respecto a la bata de cola? ¿La recomiendas para quienes no son españolas?

En en un principo siempre es una frustración, sin tener mucho que ver con el nivel o experiencia que se tenga, pero rapidamente esto cambia. Me pasa siempre en mis clases, me pasó a mi misma. Es curioso, en Madrid, tenía las clases siempre llenas de bailaoras profesionales y no sólo de flamenco. ¡Había de todo! Incluso del mundo del circo, comtemporáneo, ballet, hip hop, técnicas y modalidades que desconozco por completo.

En Sevilla tengo alumnas de cualquier parte del mundo que acaban incluso tomándoselo como una terapia de búsqueda con su femeneidad, o incluso pánico escénico.

En Granada, en el estudio de Mario Maya, diseñé un curso sólo para hombres, preparamos un tango extremeño con bata de cola. Cuando terminamos el trabajo, Mario quizo ir a verlo…! No dió crédito! ¡ No lo podía creer! Ver a esos gitanillos tan salvajes, usando una herramienta tan femenina, divirtiéndose tanto y a su vez, entendiendo y valorando una herramienta tan… no me sale la palabra. Te cuento todo esto para tratar de explicarte que no hay que ser de ningún lugar, ni tener ninguna preparación especial. En todos mis años de docencia jamás vi a nadie que después de probar con la bata, le haya pasado inadvertido.

Es mi pasión, y puede ser que igual con el tiempo lo haya convertido en una terapia que no sirve sólo de thipical hispanish…

¿Qué importancia tiene que una bailaora o bailaor vaya a estudiar a Andalucía ? ¿ Qué aconseja ?

Después de contarte mi historia con el tango y Buenos Aires. ¿Qué te puedo decir?
De todas formas, cuando estoy en otro país y me cuentan de lo mismo, de la pena de estar tan lejos de Andalucia, que no pueden vivir el día a día, de las calles, de andar por ahí, pués igual creo que uno anda siempre donde tiene que estar. Es mucho más auténtico desde el lugar de origen. También he conocido a mucha gente que les ha costado mucho dinero y esfuerzo venir aquí, y bueno, por diferentes motivos, nada les ha salido bién, y tambien he vivido lo contrario, claro.

También he tenido la oportunidad de tomarme una copa en algún pueblo perdido de cualquier país, escuchando al Tío Borrico y hablando de flamenco con gente que no se ven por aquí. No sé, el flamenco es algo muy particular, si lo incluyes en tu vida, no importa mucho donde estés.

Estás casada con Alejandro Granados. ¿Cómo es la vida de un matrimonio de bailaores ?

Nos influimos mucho mutuamente, sin darnos ni cuenta, uno vive la experiencia del otro. Nos la vamos pasando, al punto de que Alejandro ya saca pataitas por buelerías con pasos de tango y a mi me sale algún salto de los suyos con la bata de cola. ¡Menudo gazpacho!

Parece ser, que suele haber bastante discusiones y riñas cuando las parejas se reunen para trabajar, pero no es nuestro caso. Afortunadamente, amamos mucho nuestro trabajo. Me siento muy honrada al tener a un hombre, al que respeto como artista, como compañero.

FLAMENCO: Cuando te deja sin palabras… por ahí van los tiros.

BAILE: ¡Medicina para el cuerpo! !Cosquillas para el espiritu!

BATA DE COLA: Convertir tu sombra en materia… cada cuál con su sombra.

GUITARRA: Hermana del alma.

CANTE: El cucharón que mueve el guiso.

PINTURA: Si es buena… Cuando te deja sin palabras… por ahí van los tiros.

TABLAO: Volver a casa, aunque no tengas vista al mar.

COLOR: Se encarga de ponerle la diferencia a todo.

CUECA: Me intriga…

CHILE: Me intriga muchisimo más…

Fotografía: Gentileza de Gabriel Arango, Buenos Aires.
E-mail de Lorena Ayala: lorena.ayala.rocabado@gmail.com